Los delitos sexuales: un problema que destruye sueños

   

Los delitos sexuales son más recurrentes de lo que se piensa en Colombia y es que según el periódico El Tiempo cada hora dos niños son víctimas de abuso sexual, aunque la sociedad colombiana muestra un rechazo a este tipo de conductas tan atroces, la impunidad y las trabas en los procesos judiciales son muy comunes y pese al compromiso que se pactó en la Alianza Nacional en contra de todo tipo de violencia hacia niños niñas y adolescentes siguen las demoras y los victimarios siguen en las calles. 

 

Hace poco se destapó un escándalo por un caso de violación de una niña de una etnia originaria de Colombia llamada Embera de trece años que fue abusada sexualmente por 7 soldados en el departamento de Risaralda; esto desencadenó en mira de la opinión publica de muchos casos similares de abuso: “Este lunes se conoció el caso de una menor de 15 años de la etnia nukak makú que fue secuestrada y víctima de abuso sexual durante varios días, presuntamente, a manos de soldados adscritos al Batallón de Infantería n.º 19 general Joaquín París del Ejército, en Guaviare” señaló Cesar Melgarejo en su artículo para el Tiempo.  

 

En una entrevista con Semana la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar Lina Arbelaez señaló que 62.042 menores están bajo protección del instituto, de los cuales el 38% de los casos están por presunto abuso físico, sexual y psicológico entre otros como: abandono, trabajo infantil, trata de personas y reclutamiento forzado; y la mayoría de los casos de abuso y maltrato vienen de personas cercanas a víctima; ¿Cómo es posible que esto paseen un país donde la familia es el pilar de la sociedad?

 

 Niños a los que la vida les cambia, un suceso que estará siempre presente en sus vidas. A corto plazo se puede evidenciar una baja en las actividades sociales y un cambio de conducta drástico, según un análisis de Scielo y después estos problemas podrían desarrollarse a futuro (en menor medida).

En conclusión pienso que todos debemos adquirir un verdadero compromiso con nuestros niños, niñas y adolescentes, Policia Nacional, Fuerzas Militares, Rama Judicial, sociedad, instituciones educativas, Gobierno Nacional, rama Legislativa y por supuesto la familia. Nosotros los niños, niñas y adolescentes queremos un lugar para soñar; y nos duele saber que cada dia se agrede a un niño, niña o adolescente y en algunos de los casos son asesinados. 

“No podemos permitir que se sigan robando los sueños”

 

Autor: Cristian Fabian Lara Mesa

CORIA Colombia

 

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