En México hay más de 39 millones de niñas, niños y adolescentes. Desde muy pequeños se nos enseñan cuales son nuestros derechos, al menos los más básicos, así como se nos indican también cuales han de ser nuestras obligaciones.
El gobierno financia concursos, campañas y lanza convocatorias para favorecer espacios en los que podamos aprender sobre cómo ejercer muchos de nuestros derechos y que nos vemos motivados a ello. A pesar de todo esto, el cumplimiento de algunos de los derechos de los niños, niñas y adolescentes se ven descuidados e incluso su incumplimiento se ha normalizado.
En esta ocasión, me centraré en el derecho estipulado en el artículo número 32 de la convención sobre los derechos del niño. Este artículo nos habla de la protección de los niños, niñas y adolescentes a realizar trabajos peligrosos y que no vayan acorde a su edad, y considero que, por la situación actual de la pandemia, y la inherente crisis económica que ha venido a muchas familias mexicanas como consecuencia, este derecho se ha visto más violentado.
Según un informe del INEGI, en el 2019 se estimó que habían alrededor de 3,2 millones de jóvenes de entre 5 y 17 años trabajando, lo que constituye un 11% de la cantidad de los niños, niñas y adolescentes entre estas edades. Lo realmente preocupante, no es el hecho de que niños, niñas y adolescentes trabajen, sino que del total de chicos y chicas que lo hacen, un 90% lo hace en alguna actividad peligrosa o con una edad mucho menor a la permitida, por lo que el trabajo que desarrollan constituye un riesgo para su salud física y una limitante en su desarrollo.
Actualmente la Organización Mundial del Trabajo (OIT) estima que la población mexicana de niños, niñas y adolescentes con trabajo aumentará en 5.5 puntos porcentuales frente a las condiciones del covid-19, lo que se traduce en 1.7 millones de NNA. Todo esto debido, como se mencionó antes, a las crisis económicas y laborales que trajo consigo la pandemia. Estos datos son sumamente impactantes, pero es importante recordar que no solo se estará violando el derecho del artículo 32, sino que esto trae consigo más consecuencias, pues muchos chicos y chicas se ven obligados a dejar su escuela para ayudar a obtener dinero por medio del trabajo para su familia, además de que, con la nueva modalidad de clases virtuales, la educación se ha vuelto más cara debido a los diversos requisitos como una computadora, internet, entre otras cosas. El derecho del artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño también se ve afectado, pues con un trabajo a los jóvenes les es difícil encontrar tiempo para su esparcimiento, diversión y culturización.
Justo al principio de este texto menciona la normalización del incumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y es que, a mi parecer, fuera de todas las estadísticas y datos analizados esto es lo más preocupante.
El hecho de que vamos por la calle y vemos a niños y niñas limpiando parabrisas, vendiendo dulces o pidiendo limosnas y no nos preocupamos por ellos y aquellos que quizá lo hacen no llegan más allá, les dan una limosna, pero no acuden a las instituciones pertinentes para hacer alguna denuncia para que se les brinde ayuda a los NNA vulnerables. Es importante concientizar sobre este problema, el mundo esta atravesando por situaciones complicadas, pero no debemos dejar de priorizar el bienestar de los sectores mas vulnerables de la población tal como lo son los niños, niñas y adolescentes tanto de México como de muchos otros países que transcurren momentos difíciles.
Juan Miguel Rubalcava Monreal
CORIA México
Referencias:- INEGI comunicado de prensa núm. 312/19 (2019)
- https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2019/infantil2019_Nal.pdf#:~:text=ESTAD%C3%8DSTICAS%20A%20PROP%C3%93SITO%20DEL%20D%C3%8DA%20MUNDIAL%20CONTRA%20EL,o%20en%20quehaceres%20dom%C3%A9sticos%20en%20condiciones%20no%20adecuadas.