“Quiero ser abogada, quiero ser como esas personas que protegen a los demás”
Me lo dije a mi misma a los ocho años; sé que como yo, hay niñas que también sueñan, que estudian y también sé que cuento con los privilegios por qué yo si tengo la oportunidad de estudiar, de ser escuchada, de dirigirme hacia las autoridades de mi país; sin embargo, yo sé que hay niñas que están cuidando a niños, que no van a la escuela y que jamás han alzado su voz porque ni siquiera saben que la tienen.
Me permito contar la historia de una amiga: Fue mi compañera en la escuela, se llamaba Teresa –nombre ficticio- quien quedó embarazada cuando éramos compañeras en séptimo de básica, ella dejó de ir a la escuela, tuvo que cuidar a su hijo, dejó de jugar y se vió obligada a convertirse en mamá.
Considero que desde hace muy poco nos reconocen a las niñas como sujetos claves en la sociedad, aún recuerdo escuchar a la mamá de una amiga decirle: “Ya deja de estudiar, mejor ponte a cocinar que eso te va a servir para conseguir un buen marido”, escuché en otra ocasión que le dijo: “Y póngase vestidito, como mujercita”, estas fueron frases que me cuestioné por muchos años en especial la palabra “mujercita”, algo estaba mal, ahora después de entender muchas situaciones discriminatorias en las que vivimos las mujeres desde niñas me doy cuenta que detrás de esa palabra solo veo un sentimiento de estar atrapada en nueve letras “mujercitas”.
Me cansé de ver cómo les arrebatan los sueños a las niñas que están a mi lado, como pasó con Teresa, ver cómo ni si quiera pudo decidir sobre su cuerpo, no podemos decidir ser madres o no, la ley nos impone hacerlo, aunque ello sea producto de una violación o una relación rechazada.
¡Vamos a ser las niñas que queramos ser!,
¡Vamos a estudiar porque es nuestro derecho!,
¡No nos vamos a callar porque nacimos gritando!,
¡Nos cansamos de que crean que es normal que una niña cuide a otro niño!
El empoderamiento femenino, las ganas de querer un mundo mejor, es lo que nos une, y sobre todo en este momento es importante tener sororidad pues es la cualidad que nos va a permitir protegernos unas a otras, si tú me ves en un peligro y eres otra mujer, sabes exactamente por lo que estoy pasando, ayúdame, protégeme.
Las niñas vamos a cambiar nuestro cuento.
Escrito por:
Claudia Riera. CORIA Ecuador. Referencias:«Rechazan en Ecuador despenalizar el aborto por incesto o violación»«Rechazan en Ecuador despenalizar el aborto por incesto o violación»