En la actualidad, el día a día, cientos de personas luchan porque la comunicación, la libertad, el respeto, la igualdad e infinidad de derechos sean aplicados en cada individuo, sin importar su raza, religión, su nivel económico, sexualidad, etc.
Escuchando una platica a la cual me invitaron, el tema a tratar era “Platica de Café: Adolescencia Trans”, dentro de una plataforma digital llamada Virintad, creada principalmente para adolescentes de todo México, pueden participar expresando sus ideas, conceptos, percepciones, necesidades o dudas. Entrando y escuchando esa platica aprendí términos que hoy en día para muchos como yo, son desconocidos, que sí es difícil luchar por la igualdad y el ser escuchado, partiendo de que somos minoría en cuestión de etiquetarnos con las palabras “niños, niñas y adolescentes”, ahora esas simples palabras también se dividen hablando en el tema de la sexualidad.
Principalmente con este texto solo quiero el dar a conocer un poco de lo extenso que puede ser este tema tan controversial. Se denomina a un niño/a transexual cuando el sexo que se le asigna al nacer, según sus genitales, no corresponde con la conciencia (autopercepción) que tiene de sí mismo con respecto de su identidad sexual (algo diferente a la orientación sexual o sexo por el cual la persona se siente atraído/a). Sin embargo, tras la etiqueta transexual existen una amplia realidad y muchos matices que van más allá de una mera cuestión de cromosomas o genitales.
Conseguir el bienestar y la felicidad de los niño/as transexuales es responsabilidad no solo de sus familias, sino también de toda la sociedad, ya que, al no tener el rechazo social a la diversidad, se logra una virtud de las más importantes para lograr afianzar socialmente su identidad de género.
Desde casa, las familias pueden tener acciones que ayuden a sus hijo/as, como:
- Dejar que se expresen con libertad. Escuchar y observar sin rechazar ni juzgar.
- Evitar corregir gustos, aficiones, comportamientos. Tratarles de forma opuesta a cómo se sienten les genera frustración y sufrimiento que se puede manifestar como: falta de autoestima, depresión, manías, irritabilidad o dificultad para socializar. El niño/a también puede somatizar estos problemas con dolor de tripa o de cabeza.
- Tener empatía para comprender lo que sienten y cómo son.
- Ofrecer amor, comprensión y apoyo incondicional de sus familias y entorno.
La niñez trans ha adquirido visibilidad en los últimos años a nivel internacional. Niñas, niños y adolescentes trans han empezado a demandar derechos, arropados por un movimiento organizado de personas trans que ha reclamado el reconocimiento a una existencia digna, que es deber del Estado garantizar.
Así, han conseguido cambios jurídicos y en el campo médico en relación con la identidad de género, como la creación de marcos legales que reconocen sus derechos, incluidos los de niños, niñas y adolescentes trans.
Las legislaciones más avanzadas a nivel regional son las de Argentina y la recién aprobada ley uruguaya.4 A pesar de esto, en América Latina, cada vez con más frecuencia, aparecen problemas en campos que regulan las vidas de niños, niñas y adolescentes, además de lo jurídico; en la medicina, por ejemplo, dado que no tienen aún respuestas frente a sus demandas de derechos.
En 2015, cuando se modificó el Código Civil del Distrito Federal, estableciendo la responsabilidad de los jueces del Registro Civil de levantar una nueva acta de nacimiento para el reconocimiento de la identidad de género de las personas trans (artículos 35 fracc. IX), se estableció como requisito haber cumplido 18 años (artículo 135 Bis). Sin embargo, en 2017, en esta ciudad, se otorgó el reconocimiento a la identidad de género de una menor de seis años mediante el trámite administrativo.
Esta realidad, sin embargo, en México no se ha contribuido con la formación suficiente de profesionales de la salud con los conocimientos requeridos para atenderlas/os: pediatras, profesionales de la salud mental, endocrinólogas/os, etcétera. (Castilla Peón, 2019).
Es verdaderamente fundamental crear espacios para aprender y ser escuchados, para muchos es simple, pero para el que realmente vive y enfrenta esta realidad es de suma importancia dar a conocer que es parte de un rechazo, primeramente él debe de gozar de un entorno familiar donde sea aceptado, respetado y amado por lo que es y lo que piensa y después darlo todo en una lucha más grande que es dar a notar ese sentir ante la sociedad, que en la actualidad sigue teniendo muchos prejuicios y creencias que nosotros como niños nos toca romper y tratar que la futura sociedad sea más libre, dejar de crear etiquetas que lastimen o dañen la integridad y crear nuestra propia realidad siendo seres humanos.
Autora:
Sofía Martínez Olvera
Coria México
Referencias
https://elpais.com/elpais/2017/12/04/mamas_papas/1512381540_382994.html https://virintad.org/ https://economia.nexos.com.mx/?p=2329